domingo, 29 de abril de 2007

Relax en la Serbia profunda...

Hoy hemos ido a pasar el día al centro de Serbia. En concreto, al pueblo de Natalia… No me acuerdo del nombre del pueblecito ahora :( La verdad es que iba un poco desmotivada, pero al final me lo he acabado pasando muy bien. Había matanza de cordero previa y después, comilona a la serbia: rakija o pelinkovac (licores) para comenzar abriendo el apetito (yo este año me negué; el año pasado ya sufrí las consecuencias en carne propia), y después ensalada de col, de tomate, pepino y guindilla, entremeses a la serbia,

tortillas españolas made-by-Miguel, y como no, sarma (hojas de col rellenas de carne y arroz. Está de muerte) made-by-la-suegra, y cordero. Todo servido en abundancia y delicioso.

La comida, y el día en general, han sido superagradables. Ha hecho un calor terrible, hasta tal punto que me había puesto dos camisetas y me he tenido que quedar en manga corta y quitarme las medias que llevaba. Menos mal que había sombrillas para protegernos, pues, de lo contrario, difícilmente creo que hubiésemos podido resistir toda la jornada bajo el sol. Pero ha estado bien también para tener un primer contacto con el sol, aunque es cierto que el primero, primero, lo tuve en Sarajevo y todavía me queda ese doradito… Ahora, hay que mantenerlo :)



Hemos estado comiendo en el jardincito que tienen en la casa de Natalia, que está muy bien, sobre todo, para desconectar los fines de semana. Y es que la Serbia profunda no tiene nada que ver con Belgrado, con la capital. Todo son casas pequeñas, a medio construir (o por lo menos eso parece, porque hoy me he enterado de que las dejan sin acabar por fuera para no pagar impuestos, aunque dentro están bien acondicionadas y la gente vive bien), con su jardín, sus gallinas y cabras, y con una tranquilidad que hacía muuuuuucho tiempo que no respiraba. Aquí dejo algunas muestras...

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