lunes, 28 de enero de 2008

Lenguas y sentimientos

Reconozco que el blog anda medio muerto en este año nuevo. Supongo que este ritmo escaso de entradas durará hasta marzo. Después, espero aumentarlo de forma notable ;-). Si bien no todo, la mayoría del tiempo os puedo asegurar que me lo roban las clases y la memoria, que ahí va, tomando forma. Ya empiezo a sonreír, al tiempo que me echo a temblar viendo lo que todavía me queda por currar. Estos días vivo entre sabores agridulces, académicamente hablando. Pero hoy solamente quería comentar algo que me ha pasado. Algo poco frecuente y por lo que me siento entusiasmada, porque me ha parecido un detalle muy bonito.

El año pasado, justo hace ahora 12 meses, comencé un curso de A1 en el que había una señora sefardí. He comentado ya en alguna entrada anterior que meses más tarde me acabé enterando de que en Belgrado existe una de las comunidades más importantes de los Balcanes, junto con la Salónica y un poco más al sureste, Estambul. En aquel curso, mis estudiantes tenían que elaborar un portafolio con los documentos del curso (elaborados o recogidos en clase o fuera) con los que más se identificaban y con los que más sentían haber aprendido y con ellos elaborar una carpeta. Además, debían explicarme la razón por la cual habían seleccionado aquellos documentos y no otros. Así pues, un portafolio, además de tener un sinfín de funciones que ahora no vienen al caso (tema al que me estoy dedicando estos días en la memoria), sirve también para “demostrar” el nivel que el estudiante tiene de español realmente y para vincular sus intereses personales con lo que aprende en el aula. Y eso me parece más que bonito.

Lo fascinante de aquel curso fue el portafolio que me trajo la señora MaSh: Aprendía español porque quería introducirse en el ladino, lengua que poco a poco se va perdiendo y que la comunidad quiere recuperar. Pues bien: al entregar su versión “definitiva”, aparecieron allí explicadas las razones que la habían llevado a inscribirse en el curso y sus tres canciones favoritas en ladino. Flipé. En primer lugar, porque hay muy poca gente con esos intereses; y en segundo, porque lo podía entender perfectamente a pesar de tener algunas huellas serbias. Evidentemente, le hice saber lo mucho que me había gustado aquel portafolio y a partir de ahí surgió una bonita amistad. Nos vemos poco, pero siempre que puedo me encanta tomar café con ella y que me cuente cosas.

Hoy, después de mucho tiempo, había quedado con MaSh y con dos exalumnas más que han estado 3 meses en Perú y están recién llegadas. Al sentarnos en la cafetería, MS me ha dicho que me tenía preparada una sorpresa: que había invitado a un amigo suyo a que se nos uniera. Un chaval de Sarajevo (hoy he descubierto que en ladino se llama Saray, qué bonitooo!), hablante nativo de ladino, que estos días está en Belgrado como profesor invitado a unas jornadas sobre Literatura Judeoespañola que organiza la Facultad de Filología. Quería ofrecerme la posibilidad de escuchar hablar ladino y de conversar con un nativo. Y sí, así hemos pasado las 3 horas siguientes contándonos historias sobre la lengua, los sefardíes, etc. Ha sido muy, muy, muy interesante y, sobre todo, me ha encantado conocer la influencia del “judeoespañol” en el serbio, que la hay :)

Ha sido una experiencia curiosa, ya que por momentos me daba la sensación de que escuchaba español actual, inmediatamente español antiguo, italiano, catalán, portugués,… todo mezclado, para acabar sorprendiéndome con una palabra alemana. Ha sido justo al hablar de los señores que estaban en la “Schank” (en la barra de la cafetería). Me ha hecho mucha gracia y le he preguntado que me imagino que, como todas las lenguas vivas, el ladino evoluciona y se amplia a través de neologismos, y que de qué lengua/s los tomaban… Pues de todo un poco: serbio, turco, inglés,… Cada comunidad, situada en diferentes lugares del planeta, la toma de su contexto más próximo (como es lógico), y luego se entienden a través de paráfrasis u otras lenguas, como solemos hacer los españoles al hablar con argentinos, peruanos, mexicanos… u otros hispanohablantes que nos quedan un poco lejanos geográficamente hablando.

Me ha parecido un detalle muy bonito por parte de MaSh.

Estos días, además de memoria, han sido días de recuperar sensaciones con los idiomas, ya que el sábado, sumergida en la lectura de un artículo en alemán, me percaté de cuantíssssimo tiempo hacía que no leía en esta lengua, y de lo bien que lo pasaba traduciendo de ella. De hecho, me siento mucho más cómoda al traducirla que en inglés. Cada frase, cada párrafo, es como un jeroglífico y yo creo que, aunque me cueste reconocerlo, tengo una mente un poco cuadriculada y matemática… Curiosa, la relación afectiva que se establece entre uno y las lenguas. Es también otro de los temas sobre el que estoy reflexionando mucho últimamente y sobre el que el viernes voy a hablar en un taller en la universidad. Ya os contaré.

En fin, es todo por hoy. Son las siete y ese “alguien”, apodado “Memoria”, me reclama.

4 comentarios:

Ferran Porta dijo...

Un post molt maco i també interessant. Efectivament, com tu, jo també relaciono les llengües amb sentiments, amb formes d'entendre la vida, amb maneres de ser... Sí, molt interessant. Salut!

mmelekk dijo...

Hola Ferran :)

Què bé saber que continues per aquí. Doncs ja miraré d'escriure un post sobre les llengües i la dimensió afectiva, que és un tema fascinant i sobre el qual n'estem treballant ara :)) M'apassiona, sobre tot, quan penso en tot el que sento jo quan aprenc o reflexiono sobre les llengües que, millor o pitjor, parlo.

Per cert, aquesta melancolia amb l'alemany va sortir també aquests dies arran d'una cançó que vas penjar l'altre dia al teu blog, la de "Stark"... Feia taaaant de temps que no escoltava res de música en alemany. I simplement, em va tocar el cor... Ja em va bé que de tant en tant l'alemany em reclami, que m'agrada força però el tinc molt i molt abandonat.

Menys mal que us tinc a la Iggena i tu que em teniu pendents de Berlin :))) Un blog força interessant, per cert!

Merci per la visita

Odara dijo...

Qué interesante lo del judeoespañol, me encantaría escucharlo.

Por cierto, supongo que estarás de acuerdo conmigo en que lo más interesante de nuestra profesión es justamente la posibilidad de conocer gente nueva, de modo que al enseñar también aprendemos. Bonito detalle el de tu alumna :)

Ánimo con la memoria esa, ¡ya queda menos!

Te escribo en cuanto pueda. Besos :)

mmelekk dijo...

Meninoooo, ¿ya regresaste? Pensaba que ibas a estar más tiempo por los madriles :)

¿Te puedes creer que me acordé un montón de ti cuando nos pusimos a hablar de la influencia del judeoespañol en el serbio, de la etimología,...? El chaval te hubiera fascinado... Y el idioma, bonito pero extraño por la mezcla que he comentado antes.

Por cierto, otra cosa: les he preguntado la procedencia del "Ajde Jano", que yo reconocía como canción serbia, y efectivamente, me han confirmado que es de procedencia judía. Parece ser que hay un estudio en el que un señor se recorrió diferentes países balcánicos (Serbia, Albania, Macedonia, Bulgaría, Grecia,...), incluso Turquía, y en todos ellos la gente reconocía la canción como propia :)). Lo curioso es que en Cracovia la descubrimos en serbio, y aquí la escuché el otro día en polacooooo :))) Increíble.

Y sí, estoy de acuerdo en que uno de los aspectos másss bonitos de nuestra profesión es la cantidad de gente nueva que llega en tan poco tiempo a tu vida y que te puede aportar tanto. Ya contaré algún día cómo fue mi primer encuentro en clase con esta mujer... Como dirían los ingleses, un auténtico "pain in the ass". Pero como suele pasarme casi siempre, aquellos que me suelen caer fatal a primera vista, son con los que mejor me acabo llevando al final.

Besos y me alegro de volver a verte por aquí. Escribe cuando puedas, tranqui ;)