lunes, 28 de mayo de 2007

Como el día

Hoy no me siento bien. Estoy triste, como hace dos días horas antes de la fiesta que di en casa, la cual salió bien al final y consiguió subirme el ánimo y olvidar a los que echo de menos. Lo pasé genial, aunque hubo algunos aspectos que creo que tengo que mejorar para la siguiente (asegurarme de que la música va a llegar antes, no citar a la gente tan pronto, poner más comida, etc.) Pero el balance, en general, es positivo :D De hecho, no hay fotos: no me acordé de echar, cosa realmente extraña en mí, lo cual es reflejo de que lo acabé pasando bien y anduve ocupada toda la noche con unos y otros :)))

Pero no me quiero desviar del tema con el que he querido comenzar la entrada de hoy: y es que me siento como el día. Ha amanecido precioso, con mucho sol, mucho calor, pero ha terminado diluviando y con una bajada de las temperaturas considerable. Y todo ha sido en cuestión de minutos. En no más de dos minutos, el cielo se ha cubierto de nubarrones grises, el viento se ha vuelto huracanado, y a comenzado a llover a cántaros, incluso a granizar un poco me atreviría a decir. De hecho, faltaban una media hora para irme a trabajar y pensaba: “Aun voy a tener que llamar y decir que no llego a tiempo”. Por suerte, a la hora de irme para el Cervantes, ya no llovía, aunque noté que ya no iba tan cómoda con el jersey de tirantes que me había puesto esta mañana. Incluso los vaqueros, que durante las primeras llegaron a molestarme, después me vinieron bien. Estas tormentas están siendo bastante frecuentes en estos últimos 10 días, aunque hoy me ha sorprendido la rapidez con que ha cambiado el día.

Con mi ánimo ha pasado algo similar: me he levantado contenta, ilusionada, y las clases de la mañana han salido bien. Muy bien. Esos grupos me transmiten, en especial uno, y creo que también yo les puedo transmitir mi energía e ilusión. Compartimos contextos más allá del aula, y eso se nota mucho. Sin embargo, cuando al mediodía he llegado a casa y me he puesto a corregir lo que tenía que entregar esta noche, ha sido cuando me ha empezado a entrar la mala leche. Además, en cuestión de segundos.

Les pedí hace una semana que crearan un pequeño texto sobre la ciudad en la que les gustaría vivir: que la comentasen (qué hay, cómo es, si tiene algo característico, si es multicultural, etc.) y que la compasaren con Belgrado en, al menos, 5 aspectos (el clima, el número de habitantes,…). También tenían que comentar qué cosas eran las que más les gustaban, las que menos,… y, por supuesto, debían incluir una fotografía de la ciudad. Como de costumbre, ha habido textos muy buenos, muy currados; pero también los ha habido malos, y lo que es peor, copiados de internet, lo cual me rebienta. Sobre todo, cuando la acción viene de alguien que no tiene ni puñetera idea y te planta un texto que ni el mejor de la clase hubiera podido escribir. Me da taaaaaaaanta rabia esa cara dura, el que me hagan perder el tiempo corrigiendo eso, que pretendan tomarte el pelo así… Así que he sido cabrona y en mi enfado, he buscado los links de los que había sacado la información la persona en cuestión y le he adjuntado una nota diciéndole que me era imposible evaluarle el texto porque la información estaba sacada de esos links y no era suya. Tendríais que haberle visto el careto que se le ha puesto. Después me ha venido a decir que si lo podía repetir. Y he aceptado. A ver si esta vez es más honesta.

Este grupo de la tarde me agota. Me mata. Son taaaaaan maleducados, tan poco respetuosos, que al final no puedo dejar de serlo también yo a pesar de que me controlo horrores. Sobre todo, me molestan algunos que me han reconocido en más de una ocasión que saben que su actitud es poco apropiada, pero que no la cambian. Así que, a 6 horas de terminar el curso, he decidido pasar de ellos y limitarme meramente a dar los contenidos que entran en el examen; ni objetivos comunicativos ni hostias porque les pongo a hablar y hablan de todo menos de la actividad. Y además, tienen la desfachatez de hacerlo en serbio. Y lo que es peor, en el diario de aprendizaje que escriben cada semana, se quejan de que “es que hay mucha gente que habla en serbio todo el rato y de cosas ajenas a la clase”. Desde luego, tienen un morro. Es el único curso que se me ha descontrolado, pero ya paso. A la mierda todos. No puedo más y no voy a dejar que me hundan en estos momentos, cuando ya apenas me queda energía académica para rematar el año. Menos mal que, por lo menos, fuera del Cervantes he empezado a resucitar después de muchos meses de penumbra. Parece que por fin he tocado fondo y empiezo a ver esa luz que brilla, ya brilla :))

Gran parte de mi tristeza se debe también a que hoy se ha ido Miguel, mi compañero de "deporte", entre otras cosas, aunque deporte, lo que se llama deporte, poco :-/ Sin embargo, junto con Natalia, otra colega, hemos formado un buen grupo y hemos hecho muchas cosas juntos este año. Además, vivía a la vuelta de la esquina y se agradecía tener a alguien en el barrio... ahora siento que me falta algo... y seguramente será así hasta octubre, cuando espero que, por fin, nos reencontremos de nuevo... Tampoco está por aquí Tito... Y es que este mes de mayo ha sido extraño: todo el mundo ha desaparecido... y en el próximo, vamos a ser muchos otros los que desaparezcamos. Ya tengo pensadas mis vacaciones, aunque eso lo comento otro día en otra entrada. Hoy no estoy de humor para hacerlo...

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