domingo, 11 de marzo de 2007

De punta a punta de mundo...

Esta semana he recorrido el mundo entero, he escuchado mil y un idiomas diferentes, he disfrutado, me he emocionado... Y todo gracias a la música y a su gran poder de crear vivencias, potenciar la imaginación, abrir ventanas,... La cosa empezó porque cuando estuve en Berlín mi querida amiga Iggena me grabó algunas cosas de la chançon y anduve ampliando el repertorio sobre Piaf y Moustaki. Curiosamente, esta misma semana, mi querida Iggena ha publicado una entrada en su blog acerca el concierto que este griego-francés dio en la capital alemana. A todo esto, hace escasos días una alumna me pidió si podía traer a clase algo de Mercedes Sosa. Probablemente muchos de vosotros la conozcáis. Yo, en mi analfabetismo más crónico, no hasta esos momentos. Y es que el mundo de "lo español" me parece cada día que pasa más inabarcable.

Guiada por mi curiosidad, me puse a investigar. Parece ser que es una de las grandes voces de Argentina y ha colaborado con reconocidos artistas de todo el planeta. La cuestión es que, buscando, buscando, entre todas estas grandes voces que llenan el planeta desde un lado y otro del mundo, llegué hasta la conocidísima Cesaria Evora y con ella redescubrí a una mujer a quien hace unos años quise ver en el Grec de Barcelona, pero al final tontamente dejé escapar la oportunidad: Elefteria Arvanitaki. Me gustaba la música de esa mujer, pero jamás la entendí como ahora, como una extensión del rebético griego que en algunas de mis visitas al país helénico el año pasado tuve oportunidad de conocer en vivo y en directo, sentada en un lugar oscuro, rodeada de griegos bebiendo whisky que se levantaban, idos por la emoción de la música, para bailar y regar con claveles de colores a los artístas al término de la canción. El rebétiko, para quienes lo desconozcan, fueron las canciones que los griego-turcos que tuvieron que abandonar Turquía a comienzos del siglo XX y emigrar a Grecia compusieron llevados por su melancolia, su pena y su tristeza. Y como no: entre sus temas, la tristeza, el amor. Sin embargo, lo que me gusta de Arvanitaki es que le da un sabor más actual.

Pero bueno, no han sido sus canciones con sabor griego las que más he escuchado esta semana, sino, curiosamente, una canción medio en griego-medio en portugués que comparte con la mismísma Cesaria, de letra algo tristona, pero real como la vida misma, sobre todo, cuando la distancia es, por desgracia, la protagonista de nuestras vidas...

Quem mostra' bo ess caminho longe?
Quem mostra'bo ess caminho longe?
Ess caminho pa Sao Tomé
Sodade, sodade, sodade,
dess nha terra Sao Nicolau
Si bô 'screvê' me, 'm ta 'screvê be
Si bô 'squecê me, 'm ta 'squecê be
Até dia qui bô voltà
Sodade, sodade, sodade
dess nha terra Sao Nicolau

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