domingo, 19 de agosto de 2007

El poder de la fotografía

Ayer andaba leyendo El País cuando de repente me encontré este curioso artículo. A continuación reproduzco una parte:

“La fotografía puede ser el espejo del alma. Un estudio basado en 13.000 imágenes tomadas por ciudadanos de varios países europeos, trata de explicar los rasgos principales de estas naciones y España destaca por ser un país con estilo, innovador y preocupado por los

Se trata de un trabajo de Canon Europa, que indica que los españoles tienen la tendencia a pensar que, incluso en los mejores momentos, algo malo puede ocurrir. A pesar de este pesimismo "natural", España se muestra optimista y segura de cara al exterior, según el informe realizado en el marco de la campaña We speak image.

En las fotografías analizadas, tomadas por ciudadanos españoles anónimos, predominan las personas por encima de los paisajes o de los objetos, y en ellas los detalles cobran protagonismo. Las imágenes que retratan al país no suelen contener colores llamativos, lo cual refleja un tono sombrío que no se encuentra en otros países del sur de Europa, considerados en general más cálidos.

[…] Las conclusiones generales del informe psicológico hecho por la empresa a partir de las instantáneas desvelan que los habitantes de los países analizados (Francia, Portugal, Dinamarca, Italia, Hungría, Polonia, Rusia, España, Reino Unido, entre otros 17) desean volver a la vida tradicional y rural, y aprecian el medio ambiente por encima de la vida urbana y tecnológica de los tiempos modernos”.

En él hubo dos datos que llamaron especialmente mi atención: En primer lugar, ese “pesimismo natural” de los españoles. Me guste o no, soy consciente de que a menudo soy pesimista por naturaleza. A veces, incluso más de lo que quisiera. No obstante, vivo con la esperanza de que esa forma de ser todavía no esté incrustada en mi personalidad y la pueda reeducar :)
Sin embargo, lo que quería hoy destacar de este artículo es el hecho de que si le pidiéramos a un español que se definiera a él mismo y a su pueblo, en contraposición con otros, creo que lo haría siempre en términos muy positivos. Algo así como “alegre, que sabe vivir y disfrutar de la vida, contento, siempre dispuesto a la fiesta”... Y sin embargo, la fotografía desvela (Canon, claro está. Desconozco cuál pueda ser la fiabilidad de este estudio) que en realidad se trata de un pueblo con tendencia al pesimismo. Curioso.

El otro aspecto que me sorprende es la conclusión: “Los habitantes de los países analizados (que se suponen avanzados) desean volver a la vida tradicional y rural” y valoran la naturaleza en contra de lo urbano y tecnológico.
Hace escasamente un mes, cuando estuve en Portugal, compartí una noche mesa con una chica turca y estuvimos hablando precisamente de eso. De cómo países como los que ahora empiezan a florecer, a poder “pertener a ese occidente que ellos tanto admiran”, persiguen lo tecnológico, lo urbano, como signo de progreso. Contaba que las mujeres turcas admiran a las europeas y prefieren el trabajo a quedarse en casa con la familia. Y sin embargo, en los países más desarrollados de Europa, como puedan ser Escandinavia, Alemania,... la sociedad en general se ha dado cuenta de que ese ritmo de vida que hasta ahora tanto han anhelado les resta momentos de disfrute y relax incomparables, solos o en familia, en el campo o en la ciudad.

En los últimos tiempos me he encontrado a varias personas que lo dejaron todo y se retiraron a una vida que no les daba tanta riqueza pecuniaria, pero que les ha hecho ganar (y mucho) en calidad de vida, en el trato con la gente, con la familia, en las relaciones personales y consigo mismos. Lo tenían “todo”, y lo dejaron. Y lo más curioso: nadie se arrepiente de su decisión y todos aseguran vivir ahora con menos cosas materiales, pero mucho más felices. Sinceramente, los admiro, y en el futuro espero ser tan valiente como ellos si veo que este que ahora sigo no es mi camino.

Demomento, no obstante, espero poder combinar tanto lo urbano con lo rural, lo tecnológico con lo medioambiental. Creo que esa mezcla no es imposible de combinar y tampoco tiene por qué ser mala. Eso sí, me parece que va a tener que ser con un toque de pesimismo español en los momentos de mayor colapso ;-).

Para empezar, voy a ver si intento dormir, aunque lo veo un poco difícil. Esta noche tenemos disco-móvil con música tecno del grado más duro a 100 metros de casa… Ojalá que el sueño hoy no me traicione :)

No hay comentarios: