lunes, 21 de abril de 2008

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Hace unos tres años, en una clase de interpretación simultánea, el profesor nos sorprendió con un audio sobre una teoría que parece demostrar que la naturaleza se rige por procesos de 7 pasos. Fue uno de aquellos discursos que yo odié porque a duras penas conseguía entender lo que decían (Hay que ver el conocimiento del contexto lo MUCHO que ayuda). Aunque en el fondo sabía que tratar sobre todos aquellos temas me iba a hacer mucho bien, no fueron pocas las veces en las que sentí que dicho profesor y dicha asignatura me tenían harta por la dificultad que me suponían. Hubiera preferido (en aquel tiempo, ahora no lo veo así) tener a cualquier otra profesora que llegaba a clase con los típicos discursos que una ya se imagina (el cambio climático, el aborto, la inmigración, etc.) y que le son más fáciles de prever.

Pero a lo que iba. La cuestión es que en aquel discurso no sólo se hacía referencia a los procesos naturales, sino a cómo también las relaciones personales se rigen por dicho principio. Es decir, que dos personas cualquiera del planeta están separadas por un máximo de 7 personas. En numerosas ocasiones aquellas palabras se han venido repitiendo en mi cabeza, pero hoy han resonado con todavía mayor incredulidad. Y es que hay que ver qué pequeño es el mundo.

Si en los años noventa, cuando yo apenas era una niña a la que únicamente Yugoslavia le sonaba, tristemente, por la guerra (que en el fondo me quedaba lejos, lejísimos) alguien me hubiera dicho que hubiera terminado viviendo en estas tierras, no me lo hubiera creído. De aquellos días y de mi relación con los Balcanes apenas recuerdo cuatro cosas:

- Una imagen en los informativos de una avenida en Sarajevo en la que se estaban disparando, y mi madre repitiendo "¡Pero qué barbaridad!".
- Un libro que mi madre me compró en el Círculo de Lectores en el año 94: "
El diario de Zlata Filipovic", que todavía recuerdo con claridad, y tengo en mente cómo imaginaba la casa de aquella niña que tenía casi casi mi edad y a quien le había tocado vivir la guerra en primera persona.

- (La tercera puede sonar incluso un poco frívola, comparada con las anteriores): Mi amor platónico durante algunos años de mi adolescencia: el futbolista Pedja
Mijatovic, que llegó al Valencia y despertó auténtica locura entre la afición del equipo. En aquellos días, el fútbol era algo importante en mi vida y que vivía con intensidad,... Debo tener en casa todavía las entrevistas que él daba a la cadena 97.7 Valencia, y en las que hablaba de su vida en Montenegro, en Belgrado (mientras jugaba en el Partizan), sus primeros días en Valencia, su hijo,... No sé cuántas veces escuché aquellos cassettes, cuántas veces soñé con aquel hombre... jejejeje... Me da la risa ahora cuando lo pienso.

La cuestión es que esta noche estaba en casa, preparando algunas cosillas, y han llamado a la puerta. Extraño. No esperaba a nadie. Abro y me encuentro a la vecina, que me quería presentar a un vecino del edificio que hablaba un poco de español. Me aventuro en su salón y el hombre empieza a explicarme que había trabajado un tiempo en España, que había metido a algunos jugadores "yugoslavos" en esa liga... Y sí, efectivamente, lo que podéis imaginar. Él fue quien lo gestionó todo para que Mijatovic empezara a jugar en el Valencia. No me lo podía creer. Emocionado él, emocionada yo, descojonados los vecinos, ha subido corriendo a su casa para bajarme toda la prensa que tenía guardada del 93. Efectivamente, allí estaba Mijatovic superjovencito (24, si no me equivoco), vestido con el traje del Valencia... En otras fotos y periódicos, aparecían juntos. No daba crédito. El señor, emocionado, recordando aquellos días, conversaciones, goles, partidos... Yo había momentos en que me perdía, pero lo veía tan feliz... Y ahí ha sido cuando me ha venido a la cabeza aquella teoría de la clase de interpretación, de que en realidad podría "llegar" a él en menos de 7 pasos... aquel amor platónico de mi adolescencia... jejejejeje...

Pero lo más curioso es que la semana pasada descubrí que tengo en clase a un estudiante que ha sido su guardaespaldas, y que ahora está estudiando español nuevamente porque quiere regresar a Madrid. Ante mi incredulidad, me sacó un montón de fotos que tenía en el móvil y, efectivamente, allí estaban ambos.

Si hace 10 años me hubieran contado esto, no me lo hubiera creído. Ahora, y después de algunas historias que me han pasado en los últimos años de coincidencias de este tipo u otros semejantes, creo que en realidad no estamos tan lejos los unos de los otros, por muchos kilómetros que nos separen. ¿Qué pensáis?

4 comentarios:

Ferran Porta dijo...

Molt interessant. El teu escrit m'ha fet somriure perquè "casualitats" similars també m'han passat algun cop. De fet, no crec en les casualitats. Més aviat penso que les coses pasen per alguna raó, que hi ha alguna connexió entre desitjos i vivències, entre somnis i realitat...
Sigui com sigui, segur que has viscuts moments, amb tota aquesta història. Disfruta'ls!

mmelekk dijo...

Sí, suposo que aquestes "casualitats" ens han passat gairebé a tothom, però és que a vegades penso que aquest món és realment petit.

Recordo una vegada a Edimburg on vaig conviure amb una noia a un "hostel" que era de Barna i que coneixia a la Iggena :)))...

O com a través d'aquest blog es van reconéixer dos lectors que es coneixien i que jo coneixia per separat. Un triangle que tots tres desconeixiem i que, com pots imaginar, ens va fer molta gràcia :))

Això només per citar històries d'aquestes de què estem tots superlligats, que en el fons, aquesta teoria de les 7 passes pot ser porta part de raó.

Pel que fa al meu amor platònic, crec que ja se m'ha passat tot. I més, després de conèixer com són els montenegrins... però bueno, em faria gràcia coincidir-hi alguna vegada per complir somnis d'aquells d'infantessa :)))

Mil gracietes pels comentaris i una abraçada des dels Balcans

Anónimo dijo...

Hola,pues mira que casualidad tambien,mi idolo es Pedja Mijatovic aunque ya no juegue,y que alegria triple tengo,la primera cuando llegó al Real Madrid,el club de mis amores,segunda cuando le tocó jugar en Tenerife,donde vivo,y pude verle despues de tantas horas esperandole y sacarme una foto con el,que al año siguiente consegui verlo de nuevo y me la firmó,y tercero cuando ganó las elecciones y es Director deportivo del equipo :D ,y casualmente buscando fotos de él para ampliar mi album,me encuentro con una historia asi :) ,saludos!!.Tengo 24años y aún me encanta.

mmelekk dijo...

Hola Tania :)

Me alegro de que te hayas llegado hasta esta historia y ver que no era yo la única que estaba enamoradíssssima de Pedja, aunque en aquellos momentos hubiera deseado tenerlo todito para mí :))). Para ser sinceras, Pedja ha dejado de gustarme, aunque sí me agrada recordar esas épocas en que me gustaba, la intensidad como lo vivía... esa adolescencia!!! Tiene cosas malas, pero otras taaaan buenas y bonitas.