miércoles, 7 de enero de 2009

Navidades a la serbia

Me he ido y he vuelto. Me he vuelto a ir y he vuelto a regresar, y esta vez para una temporadita. Llevaba tiempo sin pasarme por aquí. A pesar de que pensaba pasarme por aquí en vacaciones de Navidad, no me lo ha permitido la época de “fobia tecnológica” que atravieso últimamente y que creo que tiene su origen en el campo laboral.

En el 2009 necesito un cambio “bastante radical” de estilo de vida, que debe centrarse, sobre todo, en cuidarme a mí. Sí, así de egoísta y así de necesario. Necesito calma en mi cuerpo y en mi mente y esta vez espero conseguirlo, aunque tenga que renunciar a algunas cosas.

Por lo demás, deciros que ayer y hoy han sido mis primeras navidades en Belgrado, donde la temperatura me sorprendió con -8ºC al bajar del avión… Si bien no me han sorprendido mucho, ha habido cosas diferentes. Por ejemplo, anoche, “Nochebuena”, estuve en casa de Vasa y allí esperamos a su padre, que debía entrar en casa con hojas secas de robre en la mano y saludarnos deseándonos “Feliz Navidad”. Nosotros lo recibimos en el interior, responiéndole al unísono "Feliz Navidad" y lanzándole granos de maíz (sí, sí, como hacemos en las bodas con el arroz, pero esta vez cambiamos el tipo de cereal).

Más tarde, quemamos parte de las hojas para bendecir la casa durante el año siguiente y el resto nos las llevamos a Sveti Sava, el gran templo ortodoxo (dicen que se trata del mayor de los Balcanes). Allí, había que quemarlas en la hoguera común que habían encendido en los jardines. Aquello estaba llenísimo a pesar de la temperatura, y menos mal que yo fui con la cámara y me entusiasmé echando fotos porque de lo contrario creo que el frío me habría podido… ¡qué dolor de nariz! ¡y de orejas! ¡y de pies! ¡¡¡y de todo!!!

Después nos aventuramos a entrar en el templo y, curiosamente, lo difícil fue salir. Allí estaba medio Belgrado concentrado y sólo habían abierto la puerta principal como lugar de acceso (¡y de salida!)… Casi me muero, ya que la gente empezó a empujar, no se sabía muy bien hacia dónde iba la corriente y en dos ocasiones sentí que me daba algo, enclaustrada como estaba por tanto gigante serbio.

Del templo me sorprendió enormemente no el gentío (que también), sino ver colgar dos banderas enormes del interior del templo. ¿Alguien se imagina dos megabanderas españolas colgando en la Catedral de la Almudena, o en la de Santiago, o en la Pilarica,… o en la que sea para celebrar la Navidad?

El resto de la noche transcurrió tranquilamente. Salimos un rato con algunos amigos y nos retiramos sobre las 2 porque hoy “había que madrugar” ya que el desayuno era en familia. La abuela de Vasa ha llegado temprano porque tenía que preparar la česnica, una especie de pan o burek en la que había una moneda y quien la encontrara sería afortunado en el tema económico este año. Un roscón de reyes salado y un poquito más insulso para mi gusto, vamos.

Ya sentados en la mesa, me ha hecho gracia ver que todo el mundo rebuscaba qué trozo quería porque creía que iba a contener la moneda. Yo he cogido el que estaba más arriba y que parecía que nadie quería... ¡Y qué casualidad! Para envidia de los allí presentes, en mi trozo estaba la moneda :), así que he tenido el honor de llevarme los 1000 dinares de premio que había :) (unos 12euritos al cambio).

El resto del desayuno ha sido un poco extraño… pihtija, una mezcla gelatinosa de carne y especias que no estaba mal con la česnica, pero de la que he tomado poco, pita de patata (algo similar a nuestro hojaldre), remolacha y pimientos y coliflor encurtidos… De postre, baklava, que aunque todos la devoraban repitiendo lo buena que estaba, para mi gusto es muchísimo mejor la turca.

A lo largo del día, ha habido más comilonas: al medio día han servido diferentes tipos de carne, patatas al horno, ensaladas,… pero no he podido comer mucho. Estaba todavía llena y sólo me han entrado de postre dos trufas españolas que les he traído junto con turrones variados. ¡Y es que qué vicio!Me he pasado las navidades enteras persiguiendo a las trufas de Hacendado… Ahora sólo deseo que poco a poco se vaya esfumando ese deseo de chocolate constante a medida que me voy involucrando en la rutina serbia.

2 comentarios:

Odara dijo...

Niiiña, que te vas a poner sorda como una foca como sigas así... Y ten cuidao con la pihtija, que con ese nombre no puede sentar nada bien ;)

Qué guay lo de las navidades ortodoxas, vosotros sí que os lo montáis bien, dos navidades seguidas... ¿Y si me convierto al ortodoxismo me darán días libres en el curro? ¡Qué idea!

Mu divertido lo del roscón. Lo que no sé es cómo algo puede ser todavía más insulso que el roscón.

Pero sobre todo me hace gracia que tu propósito de año nuevo, al menos tal y como lo has enunciado, sea exactamente igual que el mío :)

Me alegro de poder volver a leerte, se te echa de menos.

Por cierto, que aquí hemos llegado ya a los -20ºC...

¡Besotes!

mmelekk dijo...

¡Meninoooo! ¡Pero qué rapidez la tuya para escribir comentarios! Escribo, me voy para la cocina a prepararme un té, y cuando vuelvo ya has escrito :)))) ¡Qué guay!

Pues sí, la verdad es que no está nada mal eso de combinar las fiestas católicas con las ortodoxas. Y lo mejor, es que se repiten en Semana Santa... Quizá me pueden salir unas bonitas vacaciones también en esa época :))) Quizá te convenga convertirte ;-p

Y lo del propósito del año nuevo, de verdad lo necesito. Lo noto y creo que en cierto modo este ritmo de vida me está pasando factura :( A ver si lo consigo... te lo iré contando a partir del lunes, que es cuando empiezo en teoría "el ritmo normal". Ya te iré leyendo yo a tí también para ver cómo te va el propósito ;-p

Y en cuanto a la temperatura, ¡qué fríííío! A mí lo peor es que me ha pillado desprevenida... cuando me fui estaba haciendo un invierno agradable, y el menos delante del numerito a la vuelta no me lo esperaba... pero parece que va para largo y encima sin reservas de gas y los rusos y ucranianos jodiendo el panorama... Menos mal que tengo la calefacción electrica, que si no :))

Un besito enorme y nos leemos